Qué más quisiéramos que ver crecer a nuestras plantas rápido, fuertes y sin complicaciones. Hasta que un día, de la nada, encontramos hojas perforadas o llenas de pulgones y la fantasía del vergel perfecto desaparece. Quienes disfrutan de la naturaleza e intentan tener en sus casas o departamentos una porción de verde lo saben: cada jardín es un mundo. Y como tal, la regla general es que existan “buenos” y “malos”.
En el segundo grupo están los insectos fitótagos, defoliadores (como las orugas de las mariposas) o chupadores (dedicados a succionar fluidos vegetales). Pero también existen otros mini-invertebrados que nos permiten llevar un control biológico de las plagas, sin utilizar productos químicos en el suelo. ¿Sabés cuáles son nuestros aliados?
“En la naturaleza todas las especies conviven en un equilibrio dinámico. Sin embargo, cuando el hombre rompe esa armonía, comienzan a manifestarse los problemas para las plantas. Entre los insectos benéficos se destacan las crisopas. Los adultos son de cuerpo delicado, color verde y con alas transparentes como el encaje”, comenta Carmen Reguilón, directora del Instituto de Etnología de la Fundación Miguel Lillo.
Las larvas son voraces depredadores de ácaros y pulgones. “En el marco de proyectos de cooperación con INTA Famaillá, nuestro equipo realizó ensayos de liberación de las crisopas en cultivos de pimientos bajo cubierta para el control de la mosca blanca y, en frutillas, para el control de los trips con resultados promisorios”, detalla.
Aunque en los dibujos infantiles parezca adorable, nuestra segunda amiga es la vaquita de San Antonio. Conocida también como mariquita, esta colorida protectora de huertas engulle pulgones, áfidos, cochinillas y huevos de juanitas (sea en su etapa larvaria o adulta).
Una curiosidad es que -además de ser protagonistas de creencias populares asociadas a la buena suerte y los deseos- las catarinas son famosas en la NASA. “En 1999 (a raíz de un proyecto propuesto por alumnas de un secundario de Chile) una colonia de vaquitas visitó el espacio. Fue parte de la misión STS-93 del transbordador Columbia. En la cual se integró estos insectos a una investigación sobre el comportamiento de plantas y artrópodos en ambientes de microgravedad”, acota Reguilón. Para atraer a estos depredadores siempre es bueno plantar girasol, eneldo, cilantro o hinojo.
Sin siquiera la mitad de popularidad, otro de los artrópodos que ayudan a evitar plagas y atentados contra las macetas son los ciempiés. “No hay que confundirnos con los milpiés que son herbívoros y en especial les gustan las fresas, los tubérculos de patatas, así como las plántulas tiernas, por lo cual resultan perjudiciales”, previene la directora del Laboratorio de Cría de Biocontroladores (Lacribio).
El resto de compañeros
A la lista de insectos benéficos para las plantas le siguen las chinches (capaces de controlar trips, ácaros, pulgones y moscas blancas) y las ágiles mantis religiosas. Estas se alimentan de langostas, grillos y polillas, y su color verde o castaño les sirve de camuflaje entre la vegetación.
Por último, hay que registrar a las arañas. “Ellas colaboran contra las langostas, las mariposas, los grillos y los mosquitos. Uno de los arácnidos más atrayentes que encontramos en nuestra zona es la araña de seda de oro. Las hembras tejen una telaraña de gran tamaño y alta resistencia, y sus hilos brillan como el oro a la luz del sol”, destaca Reguilón.